domingo, 8 de mayo de 2016



Las cuestionadas cirugías del doctor Ramos
Mientras periodista que denunció al médico está imputado, la Fiscalía no ha responsabilizado al acusado de practicar cirugías plásticas ilegales.
Por: Jaime Andrés Flórez Suárez
En Twitter: @jflorezs


Las cuestionadas cirugías del doctor Ramos Juan Esteban Mejía, periodista denunciado por el médico Carlos Ramos. / Cortesía


La vida de Cristina Trejo tiene un punto de quiebre claro y adverso: el momento en que conoció al médico Carlos Ramos Corena. De él supo por los comerciales en canales locales de Medellín en los que promocionaba los servicios de cirugía estética de su clínica Quiruestetic. Allá llegó con la ilusión de hacer varios cambios en su cuerpo que catapultaran su carrera musical, pero eso no fue lo que encontró. 
 
Cristina Trejo, quien en realidad se llama Vedier Trejo, se sometió a una cirugía de cambio de sexo hace 18 años. Su vida estaba enrutada hacia lo que considera la felicidad: tenía casa, un restaurante, una carrera musical y una pareja, con quien compartía el deseo de adoptar. “De eso no queda nada, él me destruyó”, dice refiriéndose a Ramos Corena.
 
Cristina quería que le operaran los senos y le hicieran un retoque en su vagina, pero el médico además le prometió transformaciones en su nariz, cejas, mentón, diseño de sonrisa y una liposucción. Todo costaba $35 millones que ella le pagó con un apartamento en Bogotá, como figura en el contrato que ambos firmaron en diciembre de 2009.
 
Ese mismo mes empezaron las intervenciones. Nada salió bien. De los cambios prometidos en su rostro sólo le operó la nariz, en el proceso le deformó el tabique; en vez de una liposucción, como habían acordado, le hizo una abdominoplastia fracasada, y el retoque en su vagina terminó en la deformación y mutilación de sus labios mayores.
 
El corte en su abdomen se infectó y le dejó una cicatriz prominente que atraviesa todo su vientre, su cadera se deformó, la areola de sus senos quedó estropeada y perdió sensibilidad. Desde las cirugías, Cristina no puede respirar bien, se sofoca fácilmente, lo que frustra sus deseos de cantar, además se le entumecen las piernas y le duele la columna, no soporta estar de pie durante mucho tiempo.
 
Ahora no puede trabajar, su salud se lo impide. A raíz de las complicaciones en sus genitales terminó la relación con su pareja y desde entonces está sola. Cristina denunció por lesiones personales y estafa a Ramos Corena ante la Fiscalía, el tiempo pasó y la investigación no avanzó, ahora le dicen que cinco años después de las cirugías, la demanda por lesiones personales prescribió. 
 
Ella asegura que si las autoridades hubieran atendido la denuncia, situaciones como la suya no se hubieran repetido. El concejal de Medellín Bernardo Guerra, quien hizo la primera denuncia contra Ramos Corena hace ocho años, dice que a su despacho han llegado informes de tres casos de mujeres que murieron y de al menos 10 que sufrieron lesiones tras ser operadas por Ramos Corena, quien impuso una tutela contra el concejal por, supuestamente, violar su derecho al buen nombre. Finalmente, un juzgado de Medellín falló en 2013 a favor del concejal. 
 
Lo cierto es que la denuncia de Cristina no avanzó, Ramos Corena siguió operando y casi dos años después, Tatiana Posada Jiménez murió tras una cirugía aplicada, según sus familiares, por el mismo médico, quien no es especializado en cirugía plástica. Tatiana contactó a Ramos Corena para que le hiciera un implante mamario y una liposucción; el 13 de agosto de 2011 el médico le aplicó el procedimiento. Los tres días siguientes fueron una pesadilla para la odontóloga de 26 años: le costaba respirar y le dolía el cuerpo, según cuenta Germán Gómez, exnovio de Tatiana, en Con la piel rota, un especial televisivo emitido por Teleantioquia en 2012. El 17 de agosto en la mañana la joven asistió a una cita acompañada por sus abuelos para que le hicieran masajes posoperatoios. Cuando llegaron al consultorio se desmayó, su abuelo tuvo que recogerla del piso; no había reanimador, ni siquiera una pipa de oxígeno para asistirla. Llamaron al médico Ramos Corena y él les dijo que la trasladaran a Quiruestetic, algo que sorprende a Gómez, pues la clínica Medellín quedaba muy cerca del lugar de donde estaban y habrían podido atenderla con mayor prontitud. Al llegar a Quiruestetic la reja del edificio estaba cerrada, tardaron 15 minutos en entrar. Cuenta su madre, Luz Jiménez, que cuando la acostaron en la camilla para entrar al quirófano la joven ya había muerto ahogada por un tromboembolismo pulmonar, según Medicina Legal.
 
La familia de Tatiana buscó a un perito particular para que analizara el caso. El informe, firmado por Juan Guillermo Rodas Duque, médico especialista en cirugía plástica, contiene afirmaciones que implican a Ramos Corena en la muerte de Tatiana. Tras la cirugía presentó sangrado exagerado, mareos y desmayos que le fueron informados al médico, pero “no les dio la importancia debida, ya que no se hizo un examen clínico de signos vitales ni una prueba de sangre para hemoglobina y hematocrito que hubiese diagnosticado la complicación”. Además, asegura el informe, es probable que Tatiana necesitara hospitalización y ella estuvo todo el tiempo, tras la cirugía, en casa. 
 
Por otra parte, en los glúteos de la joven, los médicos forenses encontraron un líquido viscoso que contenía aldehídos alifáticos, sustancias de carácter industrial que no se usan en medicina, según el perito. 
 
El abogado de Ramos Corena, Mauricio Betancourt, asegura que su apoderado no oficiaba como cirujano durante las intervenciones sino como auxiliar, tal como se registra en las historias clínicas. Y frente a las numerosas acusaciones, responde que hasta hoy no hay nada comprobado, ni una condena ni una imputación de la Fiscalía contra el médico.
 
La de Tatiana fue una de las historias que Juan Esteban Mejía, en ese entonces corresponsal de la revista Semana en Medellín, contó en un artículo publicado en 2011 y por el que la Fiscalía lo imputó esta semana, tras una demanda por injuria que impuso Ramos Corena, pues en el artículo dice, al parecer por un error de edición de la revista, que Ramos Corena no es médico; él efectivamente posee este título, pero no la especialización en cirugía plástica necesaria para hacer todas las intervenciones fracasadas de las que se le acusa y que le han costado la vida y han marcado el cuerpo de varias mujeres.
 
Mientras la Fiscalía ya actuó contra Juan Esteban Mejía, lo que podría acarrearle entre 16 y 54 meses de prisión, contra Ramos Corena no hay imputación aún, después de 8 años de denuncias.

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